¿Por qué no se quiere a la Ciencia básica?
A lo mejor tengo
algún síndrome de manía persecutoria, pero en los últimos años he notado,
primero una especie de querencia por la llamada Ciencia aplicada, luego cierta
indiferencia a la llamada Ciencia básica, y últimamente un arrinconamiento, a
mi entender injustificable, de esta última. Por cierto, ¿qué es la Ciencia
básica? Para empezar nos podemos quedar con la definición que aparece en la Wikipedia: “es la ciencia o
investigación científica que se lleva a cabo sin fines prácticos inmediatos,
sino con el fin de incrementar el conocimiento de los principios fundamentales
de la naturaleza o de la realidad por sí mismo” No es mal comienzo, aunque como
bien dice Juan Ignacio Pérez (@Uhandrea)
en un post que luego comentaré, la frontera entre la Ciencia básica y la
aplicada es cada vez más difusa.
Pero insisto,
toda esta percepción de persecución a lo mejor es infundada. La Ciencia y los
científicos tenemos una buena valoración por parte de la sociedad, pero tal vez
esta valoración positiva se ve frenada ante la pregunta, y esto ¿para que sirve? Cuando era un joven doctorando, esta pregunta
en un entorno de amigos o de familia me solía dejar desarmado. Ya no.
Últimamente siempre contesto, para vivir más y vivir mejor. Indudablemente las
investigaciones que un humilde científico de provincias realiza, a lo mejor
(o no...), no logran que ese “vivir más y vivir mejor” suba en un “nano tanto
porciento” mínimamente notorio. Pero es una piedra, una pequeña piedra en la
catedral del conocimiento. Y esto lo tenemos que tener claro: el conocimiento
es la herramienta más importante del ser humano para vivir mejor y vivir mas.
La Ciencia
básica es aquella que está en primera línea de batalla del descubrimiento
científico. Un nuevo medicamento se puede desarrollar como consecuencia de que
existen nuevas reacciones químicas que permiten obtener nuevos productos, u
obtenerlos más baratos, o en más cantidad. Muchas de esas nuevas reacciones
habrán sido realizadas en un laboratorio académico por un doctorando al que
alguna vez le preguntarían, para qué valía lo que estaba haciendo.
Una cosa es
clara, la Ciencia básica no suele dar un rédito económico a corto plazo, muchas
veces ni a medio ni a largo, ni tan siquiera de forma directa al que la ha desarrollado.
Y es aquí en donde mi sentimiento de persecución aparece. Cada vez hay menos dinero
para la Ciencia, sí, pero para la llamada Ciencia fundamental, menos que menos.
Cada vez hay menos becas para la Ciencia, pero para la Ciencia básica aún
menos. Cada vez hay menos infraestructuras para la Ciencia, pero para la básica
todavía menos. Tanto es así, que en muchas convocatorias no aparece sólo el
adjetivo de fundamental sino que va acompañado por el de orientada. Ciencia
orientada... Como si hubiera la posibilidad de una Ciencia desorientada.
Y cada vez son
más las voces que urgen a la Universidad (y demás centros públicos de
investigación) a transferir, a patentar, a dejar de jugar en el laboratorio
para sacar publicaciones que sólo leen los colegas. Y es evidente, y lo quiero
dejar bien claro, que en estos aspectos de transferencia la Universidad debe de
incidir. En determinados Departamentos más aplicados estas actividades pueden
ser una buena parte del trabajo de sus investigadores. ¿Pero debemos focalizar
el esfuerzo investigador de la Universidad ahí solo? ¿Desvestir a un santo para
vestir a otro? Dicho de otra forma, ¿aquella nación que pretendía estar entre
las 8 más potentes, influyentes del mundo, puede dejar de hacer Ciencia básica?
¿Podemos afinar la frase de Unamuno y decir que la Ciencia básica la hagan otros? Mi
respuesta es clara, un país desarrollado, que quiera avanzar, debe de cuidar su
Ciencia, toda, y la básica o fundamental también y adecuarla a los parámetros
de calidad del resto de los países del entorno. Y si estamos de acuerdo en esto,
¿en dónde debe realizarse esta investigación?
¿En las empresa, en los Centros Tecnológicos? Evidentemente estos últimos sí que tienen
que estar más centrados en las aplicaciones de la Ciencia. ¿Quien tiene que
hacer la Ciencia básica, fundamental u orientada? Las universidades y los
centros públicos. ¿Quién si no? Bueno,
pues esta idea que a mi me parece bastante obvia no debe de ser del común de
los mortales. Y esta es una de las razones por las que los científicos debemos
(sí, debemos) explicar lo que hacemos incluso si nos hacen la comprometedora
pregunta; y esto, ¿para que vale? Debemos de ser hábiles, o por lo menos
intentarlo, para comunicar la importancia de los avances, que son publicados en
las mejores revistas internacionales. Explicar que el el dinero público que va
a Ciencia básica esta bien invertido. Ah y para eso es indudable que una
Cultura científica acorde al siglo en el que vivimos es fundamental. Y en esta
tarea también debemos de participar los científicos.
Además la
Ciencia básica permite hacer una cosa de manera excelente, formar científicos.
Una Ciencia básica de calidad es la mejor plataforma para desarrollar el método
científico, para dotar al futuro investigador de excelentes cualidades y
herramientas. Cualidades que podrá desarrollar en futuros proyectos científicos
de cualquier índole, incluso en empresas. Eso sí, en proyectos científicos,
aplicados, pero científicos. A este respecto y relacionado también con el tema
de la trasferencia hay un excelente post que ya he comentado de Juan Ignacio
Pérez.
Muchas frases se pueden destacar del post comopor ejemplo:
“cada vez me
resulta más difícil establecer una distinción objetiva entre investigación básica
e investigación aplicada”
“Por eso, la idea de tener que optar puede
acabar siendo una idea muy peligrosa, porque no hay sistema de (buena)
investigación, -incluida la modalidad aplicada-, que funcione sin una buena
cantera, y la cantera no suele formarse en actividades de transferencia.”
En resumen, ¿es
necesaria la Ciencia básica? Sí. ¿La debe de hacer España? Sí. ¿Debe realizarse
en las Universidades y centros públicos? Sí, no queda otra. ¿Las Universidades
solo deben hacer Ciencia básica? No, pero dejemos a los que hacen buena Ciencia
básica seguir haciéndola. Y en clave más regional. ¿Debe o puede una pequeña
región hacer Ciencia básica? ¿Por qué no, si la que se hace es de calidad según
los parámetros estándar? Y aquí no puedo más que acordarme de la Ciencia que hacemos enel CISQ.
Una frase que resume en buena parte mi opinión sobre el tema es la de “no
hay Ciencia básica y Ciencia aplicada, sino Ciencia y aplicaciones de la
Ciencia”. Las miras cortoplacistas de este país no pueden impedir el fomento
del pilar fundamental de la Ciencia. Para ello Gobierno, partidos e
instituciones deben de mirar más allá de los cuatro años y los científicos,
investigadores y profesores debemos ofrecer las mejores respuestas a las
preguntas sobre nuestro trabajo ante una sociedad que a su vez debe elevar su
conocimiento científico.
Quizá te resulte interesante este post: http://www.cosasqmepasan.com/2013/01/queridos-cientificos-ii-no-queremos-que.html
ResponderEliminarPor lo demás, totalmente de acuerdo en lo que dices.
Saludos!
Muy interesante, si!! Los científicos no podemos quedarnos en nuestro laboratorio y creer que por ósmosis todo va a llegar a la sociedad!!
EliminarSaludos!!